Un buen nombre de producto para el desarrollo de tu marca es el mejor recurso para crear una identidad corporativa sólida. Lo que hará un buen trabajo de naming, es dotar a tu producto de un relato que llegue a tu público objetivo y consiga una respuesta emocional de nuestros usuarios. En definitiva, debe reflejar la identidad del producto de forma evocativa.

Lo que nunca haremos desarrollando el naming de un producto es crear una denominación simple puramente descriptiva, sino que añadiremos connotaciones interesantes con el objetivo de proyectar interés y crear así una base de clientes fieles.

A continuación te proponemos diversas metodologías para la creación de un buen naming de producto que esperemos te sean útiles para visualizar el nombre con un enfoque más amplio y creativo.

Significado sintético

Describe de forma breve y concisa la función del producto. Cuando consigas resumir el significado del producto de una forma atractiva, te darás cuenta que probablemente ya hayas dado con un posible nombre de producto más o menos válido. Existen muchos nombres de producto de carácter puramente descriptivo, haciendo que estos se conviertan directamente en una categoría de producto.

Memorable

Haz que sea fácil de escribir y pronunciar para que los usuarios te recuerden de una forma fácil y duradera. Si creamos un nombre difícil lo más probable es que el público objetivo tenga dificultades en encontrarlo y por consiguiente, no lo consumirá y no hablaran de él, deteniendo así el fenómeno de crecimiento de boca en boca.

Neologismos

Crea una palabra compuesta fusionando dos o más términos relevantes para el producto. De este modo conseguirás una formulación única y pegadiza.

Poético

Un recurso muy utilizado en naming es el pensamiento metafórico. Deja volar tu mente asociando los atributos y valores más significativos de tu producto con otra realidad de carácter más emocional, capturando así la esencia de marca y dotándola de iconicidad.

Nunca olvides tu target

Piensa en tus mercados objetivos y pregúntate porque están comprando tu producto. Depende del sector deberemos usar una nomenclatura u otra, teniendo en cuenta el grado de especialidad de nuestros usuarios y sobretodo de si se trata de un producto B2C o B2B.

Escenifica

Una técnica infalible de nuestra metodología es poner el nombre en contexto comprobando la calidad de su usabilidad. Verás qué simulando un diálogo con términos típicos del sector en cuestión, te servirá para ver qué nombre encaja mejor.