En los últimos años el bambú ha cobrado un gran protagonismo como material para fabricar utensilios y envases sostenibles.

El bambú ha desempeñado a lo largo de la historia un papel muy importante en el desarrollo de muchas culturas. Comprende una gran variedad de géneros y especies (existen aproximadamente unas 1.600), que en su mayoría son originarios de Asia suroriental, pero también los podemos encontrar en otros lugares del mundo como América latina, África y Oceanía.

Su proceso de renovación es muy rápido, algunas especies de bambú llegan a medir hasta 20 metros de altura en tan sólo nueve semanas. Además captura CO2 en cantidades muy parecidas a la de los árboles, y produce más oxígeno que estos, ya que procesa con mayor eficacia el dióxido de carbono.

El gasto de agua en las plantaciones de bambú es mínimo, esto significa que contribuye a la conservación de ese recurso tan preciado. Además, es un material resistente y ligero, que es utilizado como materia prima para la fabricación de diversos objetos en construcción, decoración, cuidado personal y ahora también en utensilios y envases.

Los envases de plástico ocasionan un daño en el ecosistema que por el momento no hemos dimensionado totalmente. Es por lo que nos encontramos en la necesidad de buscar materiales ecológicamente más respetuosos como los envases hechos de bambú.

Los envases 100% fabricados a partir de bambú tienen plena garantía y seguridad para almacenar bebidas y alimentos según la normativa vigente por lo que son especialmente atractivos para diseñar unpackaging ecológico.

Todos los envases y/o utensilios que certifiquen que fueron fabricados con fibras de bambú en su totalidad, son legales y no implican ningún riesgo de contaminación de los alimentos.

En el mercado existen una serie de materiales con plena autorización para estar en contacto con los alimentos. Se denominan FCM por sus siglas en inglés Food Contact Material (materiales en contacto con el alimento) y los podemos identificar en el envase con el símbolo de una copa y un tenedor.

El vidrio, la cerámica, la madera, el plástico, el papel, el metal, entre otros, pueden utilizarse para fabricar objetos que almacenen alimentos o bebidas pero deben ser completamente seguros.