El vidrio es un material cuyo uso ha sido asociado desde hace miles de años al desarrollo del ser humano. Se han encontrado ejemplos en Mesopotamia hace unos 5.000 a. C. como revestimiento de objetos de cerámica, y ya como envases, en Egipto, 2.000 a.C
En la actualidad supone una parte importante dentro de los materiales y residuos de nuestro ecosistema doméstico. Pero también se trata de un material muy recomendado a la hora de diseñar de forma sostenible, ya que tiene muy buenas condiciones para contribuir a mejorar el medio ambiente.
Es uno de los pocos materiales para envasar que se puede reutilizar directamente, sin necesidad de reciclarlo, simplemente lavando y rellenado su contenido. Esta solución que se practicaba asiduamente por nuestros padres y abuelos por desgracia ha perdido muchos adeptos en los últimos años, en favor del vidrio desechable, que sigue un proceso industrial de reciclado.
Los envases de vidrio, no necesitan capas internas para ser impermeables o evitar su corrosión. El vidrio puede estar en contacto directo y seguro con cualquier alimento o bebida, y debido a su naturaleza inorgánica y a las características de su proceso de fabricación, se trata también de un material aséptico, que soporta tanto el uso en el microondas como las altas temperaturas para la esterilización, la pasteurización o el baño maría.
Esto, además de beneficioso para nuestra salud, ya que garantiza la calidad sin necesidad de aditivos, es respetuoso con el medioambiente, ya que, al no contener más materiales en su composición, posibilita un reciclado sencillo y eficiente.
El primer contenedor de recogida de vidrio, se instaló en España en 1982. Actualmente estos contenedores son los más numerosos de los dedicados a la recogida selectiva. Por cada tonelada de vidrio reciclado se ahorran más de 1.000 kg de materia prima y más de 100 kg de petróleo, sin contar la reducción de la cantidad de residuos que van a parar a los vertederos. No obstante, queda mucho camino que recorrer hasta conseguir una tasa de reciclado tal que reduzca las necesidades de materia prima al mínimo.
En el proceso de fabricación de un recipiente de vidrio se producen emisiones contaminantes, pero en menor cantidad que con el plástico. Para poner un ejemplo claro, producir una botella de plástico de medio litro contamina 100 veces más el aire y el agua que una botella de vidrio.
Sin duda el vidrio es un gran ejemplo de sostenibilidad y economía circular