Aunque el papel está presente en casi todos los momentos del día, la mayoría de nosotros no somos conscientes de los impactos ambientales que conlleva su producción.

Estos impactos están asociados a su elevado consumo de agua, energía y materia prima (madera o fibra reciclada), así como a la carga de contaminantes que se pueden verter al agua y a la atmósfera. Para que nos hagamos una idea clara, la industria papelera consume el 4% del gasto energético mundial.

Si en el proceso de fabricación se usa la madera como materia prima, en lugar del papel reciclado, el consumo de agua y energía es superior ya que,  para obtener la pasta base, es necesario llevar a cabo el descortezado,  lavado y cocción de la madera. Así que, si queremos contribuir en reducir el consumo de energía, agua y recursos naturales, es mucho mejor elegir un papel reciclado.

No obstante, en la actualidad existen mas opciones para elegir un papel más sostenible.

Desde un punto de vista ambiental, lo mejor es elegir un papel ecológico, reciclado 100% o que contenga la mayor fracción posible de fibras recicladas, y que además esté libre de cloro. Esto significa que para su producción no se ha usado madera como materia prima,  sino restos de papel usado y cartón, y que además para su blanqueado no se han utilizado compuestos de cloro.

Aunque el blanqueado de la pasta de celulosa siempre ha sido visto como un índice de calidad por el consumidor de papel, deberíamos saber que el cloro utilizado para blanquear es una de las sustancias más contaminantes en la industria papelera.

Como sustituto al cloro, en la producción de estos papeles se emplea oxígeno, peróxido de oxígeno u ozono, y para reconocerlos llevan en su ficha técnica las siglas TCF (Totally Chlorine Free o totalmente libre de cloro).

Existe también el tipo de papel que en su proceso de fabricación solo utiliza como materia prima madera procedente de gestión forestal sostenible. Las certificaciones FSC y PEFC garantizan que las plantaciones se gestionan de forma responsable, de forma que se mantenga la biodiversidad de los bosques, su productividad, su capacidad de generación y vitalidad,  para satisfacer las necesidades económicas, sociales y ecológicas actuales y futuras a escala local, nacional y global.

Un paso más hacia la sostenibilidad del papel es que las empresas productoras y distribuidoras de papel, cuenten con algún sistema de gestión ambiental (ISO 14001, EMAS), o de responsabilidad social corporativa (SA 8000, ISO 26000, ÉTICA, RS10 de AENOR,  etc.)

Las empresas certificadas con sistemas de gestión ambiental tienen un control de su impacto ambiental,  para lograr la mejora continua de su comportamiento ambiental: reducción de los consumos de agua y energía, control de las emisiones y vertidos de sustancias y partículas contaminantes, adecuada gestión de los residuos, etc..

Te animamos a que aportes tu granito de arena y ayudemos al medio ambiente.